BIOFOOD, Naturalmente

No sé si te pasa lo mismo que a mí… ¡Me gusta vivir en una casa limpia!
Necesito un hogar ordenado porque esto me relaja y hace que mi mente descanse. No soy obsesiva con la higiene, pero intento que mi entorno sea un lugar que está protegido y cuidado. Me gusta la limpieza… ¿y a ti?

¿Qué clase de pregunta es esta, verdad? 🙂 Tú y yo sabemos por experiencia que, cualquiera que sea la respuesta, la limpieza de los cristales,la grasa en la cocina y la cal en el baño son algo a lo que tenemos que enfrentarnos antes o después, en nuestra rutina semanal.

Y tú y yo también sabemos que hay gran variedad de productos, para cada superficie y cada grado de suciedad, promocionados por la publicidad y vendidos por el supermercado de nuestro barrio, que terminan en nuestras despensas y ahí se quedan, a la espera del momento correcto para salir del armario… 🙂 y dar lo mejor de sí.

Botellas de colores bonitos esperan su turno de actuación, más verdes si son para la cocina o más azules si sus destinos son el baño y los cristales, rojas y naranjas si prometen hacer el trabajo duro contra la cal o la grasa en cualquier lugar.

Unos nos meses después de haber comenzado a comer ecológico y a hacerme preguntas sobre mi salud, me pasó lo siguiente: volví a casa un poco tarde, después de un largo día de trabajo, y había invitado a un amigo a cenar. Tenía poco tiempo para limpiar la casa (lo indispensable :)) y preparar una cena rápida y fresca. Era verano, un día de julio, como hoy.

Me fui a la despensa para buscar el magnífico desgrasante que había aprendido a reconocer gracias a su insistente publicidad, y que efectivamente resultaba muy rápido y efectivo a la hora de limpiar. Lo saqué con ganas de la estantería, repleta de detergentes y… ¡Oh sorpresa!… ¡La botella estaba completamente vacía! ¿Y ahora qué? Me pregunté…

Llamada de emergencia a mi madre, gran sabia y conocedora de soluciones sencillas a problemas complicados. “Mamá, ¿cómo limpio el baño ahora?”

– ¿Qué tienes en casa?
– ¿Como qué?
– ¿Vinagre? ¿Bicarbonato? ¿Limón?
– Todo esto lo tengo. ¿Qué hago?
– Mezcla el vinagre, o el bicarbonato, o el limón con agua en la botella vacía del producto de limpieza. ¿Tienes agua mineral? Porque la del grifo tiene demasiada cal.
– La que bebo, sí, tengo agua mineral.
– ¡Muy bien! Por un litro de agua mineral y añade una taza de vinagre, o 50 gr de bicarbonato. Y el resultado será todavía mejor si le añades un poquito de jabón de Marsella (se usa con el bicarbonato, no con el vinagre).
– Tengo el jabón que me trajo Federica de su viaje a Francia. Es completamente natural.
– Me parece perfecto. Pica un poco de este jabón en el agua con el bicarbonato y ¡verás qué resultado!

Mi madre, como otras tantas veces, tenía razón 🙂

Tardé un poco en encontrar las medidas justas de cada ingrediente, pero también es verdad que estas pueden variar según el grado de suciedad que tengáis y los resultados que queráis obtener.

De todas formas, ¡aquel día me fue genial!

Un consejo: cada superficie es diferente. Antes de utilizar cualquier producto de limpieza, inclusos los que haces de forma artesanal, ¡comprueba que sea compatible con los materiales de tus muebles!

Después de este primer intento, gracias a aquella situación de emergencia, empecé a curiosear en internet y a  buscar más remedios caseros  y posibilidades de mezclar ingredientes con el fin de conseguir productos de limpieza naturales.

En la red se encuentra sin duda muchísimo contenido al respecto, aunque os aconsejo empezar por la lectura de la página web Hogar sin toxicos, cuyo objetivo es sensibilizar sobre la contaminación ambiental en los hogares y dar a conocer los riesgos para la salud que suponen el uso y la exposición a determinados productos químicos.
Los colaboradores del proyecto “hogar sin tóxicos” son diferentes entidades, asociaciones y fundaciones, comprometidas con el medio ambiente y la salud. Hogar sin tóxicos apuesta por una comunicación científica pero accesible, interesante y comprensible para todo tipo de público.

Finalmente, aquí te dejo algunos remedios caseros con diversos usos, para que puedas probarlos y acercarte a este curioso mundo de los productos de limpieza naturales.

Baño

Para limpiar el baño puedes utilizar dos tipos de mezcla: agua y bicarbonato sódico, o agua caliente y vinagre de vino blanco. El vinagre es higienizante y ayuda a disolver la cal; el bicarbonato sódico es un detergente, desinfectante,  además de neutralizador de olores.

¡Ojo! No se debe utilizar el bicarbonato en bañeras de metacrilato o resina.

Cocina

Para limpiar el frigorífico, con el fin de neutralizar los malos olores, puedes vaporizar una mezcla de vinagre blanco o agua y bicarbonato y luego enjuagar. Para mantener un buen olor en la nevera, introduce un bol con unas cucharadas de bicarbonato sódico disuelto en agua: su eficacia debería durar unos tres meses.

Desengrasa el horno con la misma mezcla, usando en este caso agua caliente.

Muebles

Limpia los muebles con una mezcla compuesta por 3 ⁄ 4 de agua (mejor desmineralizada, o destilada) y ¼ de vinagre. Si son de madera, quítales antes el polvo con un paño humedecido con una mezcla aceite de oliva y un poco de limón. Para abrillantar los muebles, frota las superficies con un paño de lana media hora después.

A la hora de elegir los productos de limpieza, existe además otra alternativa que cuida de nuestra salud y del medioambiente:  Comprar productos ecológicos, cuya composición tiene un impacto químico muy bajo e incluye una concentración muy alta de productos naturales certificados (limón, naranja, menta, eucalipto, etc. ecológicos). Son una solución para aquellos de nosotros que no tienen tiempo para realizar estas mezclas caseras.

Es importante conocer que sustancias son dañinas, y comprobar que no estén contenidas en los productos que compramos. Cada vez que compramos, estamos “votando” por qué salud que deseamos tener y en qué planeta queremos vivir.

Aqui encontrarás una lista completa de estas sustancias tóxicas a evitar.

Una buena selección de productos de limpieza ecológicos está a tu disposición en Biofood, Naturalmente®

Espero haber despertado tu curiosidad… Si tienes otras recetas y quieres compartirlas la comunidad de biofood te lo agradecerà 🙂

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dortizm
dortizm
1 Año

Genial entrada de blog, útil y súper práctica, ¡ gracias !

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